Acepté a Jesús en mi corazón hace 5 años, pero no fue hasta hace 2 años que decidí entregarle mi vida por completo. Antes de esto, siempre creí que había Dios en el Cielo, pero nunca tuve una relación personal con Él. Para mí, la EDE fue un tiempo de entrega, una luna de miel con Dios. Aprendí a tener una relación personal con Dios, comenzando mi día hablando con Él y dedicándole todo lo que hago. 

 

Dios me mostró Su amor a través de las personas (líderes y estudiantes). Aprendí a caminar por fe en mis finanzas y depender totalmente de Él. Desde que tenía 16 años luché con pensamientos de profunda tristeza y soledad. En la EDE, todos estos pensamientos fueron reemplazados por la luz y la verdad de Cristo. 

 

Aprendí a conocer el corazón de Dios. Muchas heridas en mi corazón fueron sanadas, mi carácter fue moldeado conforme a Su Mundo. Empecé a descubrir y desarrollar mis dones y talentos. 

 

La EDE cambió mi vida, mi carácter y sobre todo mi mente y mi corazón. Me ayudó a amarme a mí mismo, amar a los demás, tener un enfoque, un propósito y caminar en mi llamado. Tomar la EDE fue una decisión difícil y desafiante, pero fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Decidir prepararte y cumplir tu llamado y propósito y usarlo para trabajar en el Reino de Dios vale totalmente la pena. 

 

Toma delicia en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.  Salmo 37:4

 

-Eva Muñoz Galeano